¿Eres de las personas que, aunque tienes una buena alimentación y haces ejercicios, de repente, te dan ataques de hambre? Seguramente te han llevado a romper tu rutina alimenticia saludable. También estamos seguros de que te dan ganas de comer alimentos poco saludables totalmente fuera de tu dieta.
En este blog te contaremos 3 posibles razones por las que esto te ocurre:
Y la primera, sin duda alguna, EL ESTRÉS: este produce una necesidad descontrolada de comer alimentos, independientemente de la sensación de hambre y de la saciedad. Por decirlo de alguna manera: mezclar emociones y comida, y usar esta última para afrontar las emociones.
Intenta reducir el estrés a su mínima expresión. Si tu mayor estrés es el trabajo pero no puedes renunciar, mejora las condiciones laborales. ¡Coméntaselo a tu jefe! Seguro que te ayudará.
DORMIR POCO:
Cuando no duermes bien, produces una hormona llamada grelina: estimula el apetito. Entonces el secreto está en dormir al menos 7/8 horas, pues es lo que necesita tu cuerpo para repararse y mantener el equilibrio hormonal.
Nuestro consejo es: define una hora de ir a la cama, para que tu organismo se acostumbre a dormir a esa hora. De esta manera te despides también del insomnio. Intenta no llevarte tu celular a la cama o el control de tu TV. Recuerda que la oscuridad es la responsable de avisarle a tu cerebro que es hora de descansar. ¡Deja todo apagado antes de irte a la cama!
Y la tercera razón, el enemigo de todos: EL AZUCAR: como todos sabemos, consumir azúcar no te permitirá bajar de peso y traerá un desequilibrio hormonal. Recordemos que el azúcar se absorbe rápidamente al torrente sanguíneo, pero para ello se aumenta la producción de insulina, que es la hormona encargada de transportarla a los músculos y los órganos.
A su vez, la insulina desbloquea otras hormonas como la grelina (estimula el apetito). Por ello es importante que evites consumir azúcar refinada y los alimentos que la contienen. Opta por una versión más saludable como Stevia Life. Recuerda, ¡nada en exceso! Escoge alimentos ricos en proteínas pero bajos en azúcar. Escoge siempre agua, té de hierbas o agua de coco o con limón.
Coloca estos pequeños consejos en práctica y comienza a disfrutar de los grandes cambios que trae. Recuerda siempre realizar ejercicios: como correr o ir al gym y llevar una alimentación balanceada para lograr tu peso ideal y librarte de los ataques de hambre repentinos.